Al finalizar la Santa Misa del 18 de octubre, la explanada del Santuario de Nuevo Schoenstatt se llenó emoción y belleza. Allí, la Juventud Femenina ofreció un gesto preparado con profunda dedicación: el baile de las cintas, una expresión artística y espiritual que buscó representar los corazones de los peregrinos que durante todo un mes habían querido unirse al corazón de la Mater.

Cintas blancas, signo de corazones ofrecidos
Con cintas blancas que se movían suavemente al ritmo de la canción “María de la Alianza”, las jóvenes dieron vida a una danza sencilla, pero profundamente simbólica.
Cada cinta levantada al cielo era signo de un corazón entregado: corazones agradecidos, esperanzados, confiados en María.
El gesto se realizó al atardecer, con el Santuario de fondo, y luces de colores que ambientaban. Los peregrinos acompañaron el baile en una actitud de oración. Muchos lo vivieron como un momento de recogimiento y contemplación, donde el arte y la fe se encontraron en armonía.

Un gesto nacido de la Juventud Femenina
La Juventud Femenina (JF) de Schoenstatt es una comunidad de niñas, adolescentes y jóvenes que buscan formarse al estilo de María: libres, alegres, auténticas y profundamente enraizadas en Dios.
Inspiradas en su ejemplo, procuran que su vida sea reflejo de pureza, fortaleza y servicio de María.
A través de encuentros, misiones, espacios de oración y gestos como este baile, la JF busca plasmar en el mundo el rostro joven de María, haciendo visible que la Alianza de Amor sigue viva y fecunda en las nuevas generaciones.
En esta celebración, las chicas de la JF quisieron ofrecer su baile como regalo y oración por todos los peregrinos, haciendo visible la fuerza y ternura de la juventud consagrada a la Mater. A través de su danza, recordaron que cada generación tiene un lugar en la historia de la Alianza, y que la entrega de los jóvenes sigue siendo un motor de vida para la familia de Schoenstatt.