9° día Búsqueda de Albergue

Búsqueda de albergue

Canto: Abran las puertas. N° 7

SP: Querida Virgen de Adviento, estrella que ilumina nuestra esperanza:

En estos días de novena hemos caminado juntos buscando albergue para que se haga posible el nuevo nacimiento de Jesús HOY en nuestro entorno, en nuestras vidas.

Este año, la Navidad nos encuentra como comunidad de Hermanas de María en todo el mundo, viviendo la gratitud por el año jubilar que nos prepara a la celebración de los100 años de nuestra fundación. Por eso, en este día de la Novena, queremos invitarlos a agradecer con nosotras por este inmenso don de Dios y a que juntos pidamos que el Señor nos envíe las vocaciones que necesitamos para llevar adelante la misión encomendada.

L1: ¿Qué nexos podemos encontrar entre la preparación a la Navidad y el Jubileo de la Fundación de las Hermanas?

La intención del Padre José Kentenich al fundarnos fue la de prolongar la presencia de María en el tiempo y en toda la geografía del mundo… ¿y para qué prolongar la presencia de María? ¡Para que Cristo vuelva a nacer en nuestro tiempo – y en cada tiempo-, en los Santuarios… y en el corazón de cada hijo de Dios!

L2: El Padre Kentenich llamaba al Santuario, “nuestro Belén”, porque estaba profundamente convencido de que, en el Santuario, la Mater da nuevamente a luz a Cristo en cada corazón. En una oración suya rezamos:

“Tu Santuario es nuestro Belén en cuya aurora Dios se regocija… Allí diste a luz al Señor. Elegiste a Schoenstatt para que nuestro tiempo, pueda mirar la luz eterna… y desde el Santuario, quieres recorrer el mundo en tinieblas… Con alegría, sumerge nuevamente al Señor en mi alma… hazme Portador de Cristo a nuestro tiempo para que se encienda en el más luminoso resplandor del Sol” (Cfr. Hacia el Padre 186-189. Adaptación).

Canto: “El Señor vendrá” N° 15

L1: Hoy estamos ante las puertas del Santuario… Hoy, José y María ya no necesitarán seguir buscando y golpeando puertas… porque se abrirán para ellos las puertas de nuestro Santuario que se hará “Belén”: aquel lugar sencillo y sagrado en el que Dios tocó la tierra y llenó de esperanza la historia de la humanidad.

L2: Sobre este nuevo Belén, en la Noche Santa, se posará una estrella, la más brillante, la más hermosa… Esa estrella convocará a los ángeles quienes volverán a anunciar aquí, sobre el campanario de este Santuario en esta Nochebuena: “No teman, les anuncio una gran alegría: hoy les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor” (Cfr. Lc. 2,10) … y ¿no seremos acaso cada uno de nosotros esos “pastores de hoy” que recibiremos esta Buena noticia? El evangelio de Lucas continúa diciendo: “Vayamos a Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado” (Lc. 2,15)

L1: La palabra de Dios es viva y eficaz, recoge un testimonio histórico, pero no es solamente un relato del pasado. La palabra de Dios actúa HOY, y aquel mensaje que escucharon los pastores, y aquella estrella que brilló sobre el establo y ayudó a reyes y pastores a encontrar a Jesús, se actualiza en nuestro tiempo, en nuestras tierras, en nuestro corazón.

L2: ¿Estamos dispuestos a abrirnos de verdad a la eficacia de la Palabra de Dios, cuyas promesas se volverán a cumplir mañana?  

Detengámonos en las acciones de los pastores:

  • Mirar al cielo
  • Escuchar a los ángeles
  • Descubrir la estrella
  • ¡Ponerse en camino!…

Todo esto fue necesario de parte de ellos… En Schoenstatt decimos siempre: “nada sin ti, nada sin nosotros” … Es siempre así… Dios nos sale al encuentro:  el cielo, el anuncio de los ángeles, la estrella … pero la respuesta a estos signos de Dios es una decisión personal.

L1: Cada pastorcito tuvo que decidirse:

  • L1: A MIRAR AL CIELO en lugar de estar solamente lamentándose por el polvo de la tierra…
  • L2: A ESCUCHAR el anuncio de los ángeles… y CREER… que se cumplirían las promesas de Dios
  • L1: A PONERSE EN CAMINO… y un detalle más. Uno de ellos dijo: ¡Vayamos a Belén! Si bien la decisión es personal, siempre necesitamos que alguien nos aliente… y más aún, otros necesitan de nuestro estímulo para ponerse en camino hacia Jesús.
  • L2: DESCUBRIR LA ESTRELLA…  Además de la decisión, necesitaban una guía: los pastorcitos miraron la estrella que guiaba su esperanza… y su luz comenzaba despacito a disipar la noche…

L2: ¡Cuántas decisiones personales tuvieron que tomar los pastorcitos… Hubo muchos pequeños pasos a dar antes de encontrar a Jesús en la Nochebuena… ¿estamos dispuestos? ¡La Gracia que el Señor nos quiere regalar en esta Nochebuena… es la misma que hace más de dos mil años… ni un poquito menos!

En un momento de silencio, pidamos a María, nuestra Estrella de esperanza, que nos dé el coraje -como a los pastores- de mirar al cielo, escuchar con fe el anuncio de los ángeles y resueltamente ponernos en camino hacia Belén guiados por la luz de la estrella.

Canto: Estrella de Belén.

Estrella de Belén, condúcenos,

llévanos a Belén, al Niño Dios

Guíanos con tu luz para llegar,

estrella de Belén donde Él está.

Estrella de Belén, sobre el portal,

un canto hecho luz anuncias ya

que en el pesebre está el Niño Dios

trae a los hombres paz, todo su amor.

Estrella de Belén, Pastores van

guiados por tu luz, hacia el portal,

adoran con gran fe al Niño Dios,

entregan con su amor, su corazón.

L1: Cada día de esta novena rezamos: “María, estrella de la esperanza, guíanos al Niño”. Cuando los pastorcitos recibieron el anuncio de los ángeles, también era de noche… también estaban rodeados de peligros e inseguridades, también tenían que trabajar mucho y fatigarse para poder vivir humildemente… también tenían miedo (de hecho, lo primero que les dijeron los ángeles fue: “no tengan miedo”). Esto nos llena de esperanza, porque quiere decir que, así como estamos, como somos, con lo que tenemos y con lo que nos falta; con nuestros dolores, miedos y cansancio a cuestas… así como estamos podemos – como los pastores-  escuchar a los ángeles, podemos creer en las promesas de Dios y podemos correr a encontrar a Jesús en “nuestro Belén de hoy, en nuestro Santuario”

L1: Con toda nuestra confianza pidamos a María que nos guíe a Jesús y su luz de esperanza disipe nuestros temores. A cada intención respondemos: María, estrella de la esperanza, guíanos al Niño”.

L3: Te pedimos, Madre, por tantos niños, familias y personas de bien que sufren el flagelo de la guerra   de haber tenido que abandonar su hogar y su patria. ¡Disipa de sus corazones el temor y enciende en ellos una nueva esperanza en esta Nochebuena! Respondemos:

Todos: “María, estrella de la esperanza, guíanos al Niño”.

L3: Traemos a tu santuario a tantas personas que no tienen techo, trabajo, salud; a los que están presos y en los hospitales, a los que están solos, a los jóvenes que, en su búsqueda de horizontes, encontraron el engaño de las adicciones. ¡Enciende en ellos una nueva esperanza en esta Nochebuena! Respondemos:

Todos: “María, estrella de la esperanza, guíanos al Niño”.

L3: Te agradecemos por el don de la FE y por todos los que, en nuestra Iglesia, tienen la responsabilidad de custodiarla. Pedimos también por todos los bautizados que tenemos la misión de difundirla con espíritu misionero… hasta los confines de la tierra. Que esta Nochebuena se acreciente nuestra fe y muchas personas reciban la Gracia de creer en Jesús. Respondemos:

Todos: “María, estrella de la esperanza, guíanos al Niño”.

L3: Te damos gracias por la variedad de vocaciones que Dios Padre ha sembrado en el corazón de los hombres como caminos que hacen plena la vocación al amor. Te encomendamos a cada familia, que es el vivero donde crecen todas las vocaciones. Te pedimos que los jóvenes encuentren en su vocación el sentido de sus vidas y tengan el ánimo de responder consecuentes al llamado de Dios a cada uno de ellos. En este año jubilar, te pedimos especialmente por vocaciones para las Hermanas de María en todo el mundo.

Todos: “María, estrella de la esperanza, guíanos al Niño”.

L3: Traemos también a tu Santuario, Madre, todas aquellas familias que este año han perdido a sus seres queridos. A ellos dales el descanso eterno, y a sus familias la esperanza de la vida eterna. Pedimos hoy por las hermanas que han partido este año : Hna. M. Regina, Hna. M. Sandra, Hna. Maristela, Hna. M. Delia, Hna. M. Élida, Hna. M. Lucía y Hna. M. Theresia- En un momento de silencio, recordamos a alguna persona que haya partido este año a la casa del Padre (…) y rezamos juntos, por todos ellos, pidiendo la Gracia de la Indulgencia plenaria otorgada a nuestro Santuario en este año jubilar:

Por las intenciones del Santo Padre: Padre nuestro…. Ave María… Gloria

Recordamos la confesión y la comunión en los próximos días, necesarias para la concesión de la indulgencia.

L1: Ahora, para terminar la Novena y antes de que la Virgen de Adviento entre al Santuario, todos los que quieran pueden hacer una fila (de a uno) para mirar personalmente a la Virgen y dejar en su mirada de Madre esa temor o preocupación que queremos que Jesús transforme en esperanza en esta Nochebuena. Mientras se realiza esta procesión, cantamos:

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