Fundador e historia
Padre José Kentenich
Te invitamos a conocer al fundador del Movimiento de Schoenstatt. Recorrer su historia no es sólo mirar al pasado: es dejarse interpelar por su ejemplo de fe, libertad interior y entrega total a la voluntad de Dios, de la mano de María.
Aquí también podrás descubrir los espacios que conservan su presencia en Argentina, conocer sus viajes por el mundo y ver cómo su historia sigue inspirando hoy a miles de personas.
Historia
Primeros años y vocación
José Kentenich nació en Gymnich, Alemania, en 1885. Creció sin la presencia de su padre y pasó sus primeros años junto a su madre en la casa de sus abuelos.
A los 8 años, en medio de una difícil situación económica, su madre debió llevarlo a un orfanato. En la capilla de ese lugar lo consagró a la Virgen María, confiándole su cuidado y educación. José hizo suya esa entrega: fue una experiencia espiritual que marcó para siempre su vida.
A los 11 años descubrió su vocación al sacerdocio e ingresó a la comunidad de los Padres Palotinos.
De temperamento inquieto, con un gran amor a la verdad y un fuerte anhelo de libertad, en su juventud atravesó intensas luchas interiores y muchas veces no fue comprendido. Sin embargo, encontró en la Virgen María su sostén y equilibrio: Ella fue para él madre, educadora y maestra en la fe a lo largo de toda su vida.

Fundación del Movimiento de Schoenstatt
En 1910 José Kentenich fue ordenado sacerdote y comenzó a trabajar en la formación de jóvenes. Su programa educativo se centraba en formar personalidades libres, firmes y apostólicas, bajo la protección de María.
Él mismo resumía su experiencia diciendo:
“Desde que fui ordenado sacerdote pude proyectar, formar y modelar en otros el mundo que llevaba en mi interior”.
En 1914, en una pequeña capilla abandonada en el valle de Schoenstatt, propuso a un grupo de jóvenes sellar una Alianza de Amor con la Virgen, para que Ella se estableciera allí y los educara como hombres nuevos para una sociedad nueva. Ese fue el inicio del Movimiento Apostólico de Schoenstatt.
Durante la Primera Guerra Mundial, el Padre Kentenich acompañó espiritualmente a los jóvenes que estaban en el frente de batalla. Después de la guerra, el Movimiento comenzó a crecer: se incorporaron las primeras mujeres y se creó una organización externa al seminario pallottino. En 1926 fundó el primero de los Institutos seculares de la Obra: las Hermanas de María.
Con el tiempo, Schoenstatt fue consolidándose como un movimiento apostólico internacional, que hoy sigue extendiéndose en todo el mundo.



Persecución y resistencia
durante el nazismo

A comienzos de la década de 1930, el Padre José Kentenich advirtió con lucidez los peligros del régimen nacionalsocialista. Denunció su despersonalización del individuo, su pensamiento colectivista, el uso sistemático de la mentira y la sustitución de la fe por una ideología racista y totalitaria.
Su postura firme y profética tuvo consecuencias: las autoridades nazis identificaron al Movimiento de Schoenstatt como uno de los más peligrosos y hostiles al régimen, según consta en archivos oficiales de Berlín.
En 1941, el P. Kentenich fue arrestado y permaneció seis meses encarcelado en Coblenza. Al año siguiente, fue deportado al campo de concentración de Dachau, donde estuvo prisionero hasta 1945.
En medio de las condiciones extremas del encierro, fundó otros dos institutos seculares que serían parte del núcleo de la Obra de Schoenstatt: los Hermanos de María y el Instituto de Familias. Durante ese tiempo redactó también valiosos escritos teológicos, pedagógicos y ascéticos.
Sus obras de Dachau son testimonio de una libertad interior inquebrantable, de una fe profunda en la Providencia divina y de una visión del ser humano arraigada en su dignidad y en el sentido trascendente de su vida.
Expansión internacional y exilio
Tras la Segunda Guerra Mundial, el Padre José Kentenich emprendió viajes por el mundo para anunciar el mensaje de Schoenstatt. Entre 1947 y 1952 visitó Latinoamérica y Sudáfrica, donde las Hermanas de María habían iniciado la obra ya en la década del 30.
La etapa más difícil de su vida llegó cuando la Iglesia lo separó de su obra y lo envió al exilio en Milwaukee, Estados Unidos, durante 14 años. Camino al destierro, en enero de 1952, bendijo el primer Santuario de Schoenstatt en la Argentina, en Florencio Varela.

Durante esos años de exilio mantuvo intacta su obediencia a la Iglesia, una profunda convicción en la misión recibida de Dios y una confianza inquebrantable en que la Virgen María abriría los caminos para poder cumplirla.
En diciembre de 1965, al concluir el Concilio Vaticano II, fue llamado a Roma y rehabilitado por el Papa Pablo VI, quien lo confirmó nuevamente en su misión.



Últimos años y legado

Los últimos tres años de su vida estuvieron marcados por una intensa entrega al servicio de su Familia de Schoenstatt.
El domingo 15 de septiembre de 1968, en la festividad de los Siete Dolores de María, el Padre José Kentenich falleció en la sacristía de la Iglesia de la Santísima Trinidad, en el Monte Schoenstatt (Alemania), minutos después de celebrar la Santa Misa.
En su tumba, ubicada en el mismo lugar de su muerte, se lee el epitafio que él mismo eligió: Dilexit Ecclesiam (“Amó a la Iglesia”). Esta breve frase resume el sentido profundo de su vida, su constante lucha y su gran anhelo. Hoy, su lugar de descanso se ha convertido en un lugar de peregrinación para miles de personas de todo el mundo, que se acercan a confiarle sus intenciones.
En 1975 se abrió su proceso de beatificación, y su obra se ha extendido a más de 110 países en los cinco continentes. Personas de las más diversas condiciones sociales y culturales lo reconocen como referente, padre y orientador.
Casa del Padre
La Casa del Padre, ubicada en el predio de Nuevo Schoenstatt, en Florencio Varela, ofrece la oportunidad de conocer, encontrarse y experimentar la presencia del Padre José Kentenich en Argentina.
El lugar cuenta con visitas guiadas en español, inglés y alemán, que permiten recorrer su historia y legado de manera profunda y cercana.
Camino del Padre de Nuevo Schoenstatt
- Teléfono del Padre

Una frase del Padre Kentenich para reflexionar durante el día.
El Padre solía repetir frases breves y profundas, algunas del Evangelio, otras de santos, y muchas nacidas de su propia experiencia con Dios y María.

Secretariado Padre Kentenich
Esta oficina es la sede central del Secretariado Padre Kentenich en Argentina. Aquí se reciben testimonios sobre el actuar intercesor del Padre Kentenich, y se ofrece material para la difusión de su persona y su misión.