Un día de gracia y esperanza: así se vivió el 18 de octubre en el Santuario de Nuevo Schoenstatt

El Santuario de Nuevo Schoenstatt, en Florencio Varela, volvió a ser el corazón de la familia el pasado 18 de octubre, cuando numerosos peregrinos se reunieron para celebrar una nueva Fiesta de la Alianza de Amor con la Mater.
Con el lema “Madre, peregrinamos unidos en la esperanza”, la jornada fue vivida como un verdadero día de encuentro, oración y misión, donde la fe se hizo visible en cada gesto y en cada corazón.


Un Santuario lleno de vida

Desde temprano, los servidores comenzaron día con la Santa Misa en la Iglesia de Dios Padre para tomar las fuerzas necesarias para afrontar todo un día de servicio. Los grupos de peregrinos comenzaron a llegar temprano y pudieron iniciar su día con la adoración eucarística, momento de alabanza y gratitud. Luego, distintos espacios de confesiones y escucha pastoral acompañaron a quienes buscaban reconciliarse o compartir su camino interior.
Durante la mañana, se abrió también la Galería “Luz de tu luz” y los stands de los secretariados del Padre José Kentenich, Hna. M. Emilie y Don Joao Pozzobon, que mostraron a los peregrinos testimonios de vida de una alianza de amor vivida.
El Rosario Iluminado con adoración eucarística y la renovación del compromiso misionero marcaron el tono espiritual de la mañana, invitando a todos a volver a ofrecer el corazón a María.


Una fiesta para todos

El clima de familia se hizo sentir con los bailes folclóricos y la misión en el parque, que llenaron de alegría el mediodía. Por la tarde, la banda de la Policía acompañó con música el comienzo del camino de salida: la Mater volvió a peregrinar al barrio, signo de una Iglesia en salida que quiere llevar esperanza donde más se necesita.
En la Plaza San Juan Bautista, el encuentro con los santos convocó a familias y niños, que luego se sumaron a la peregrinación de regreso al Santuario. Con cantos, rezos y emoción todos acompañaron la imagen de la Mater en su vuelta a casa. Donde fue recibida nuevamente por la Banda de la Policía y peregrinos que la esperaban con corazones llenos de felicidad.

“Nada sin ti, nada sin nosotros”

La jornada culminó con la Santa Misa, en la Iglesia de Dios Padre. Al finalizar, una procesión llevó a todos nuevamente al Santuario para el gesto final de consagración, signo visible de la entrega confiada a María.
Fue un día de gracia, comunión y esperanza compartida, en el que una vez más se hizo palpable la presencia viva de la Mater en medio de su pueblo.


Secretaría del Santuario

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