La Virgen que acompaña nuestras luchas

El 18 de octubre, en el marco de la Semana de la Alianza, la Imagen de gracia de la Madre tres veces Admirable de Schoenstatt recorrió las calles de Florencio Varela, acompañando a las familias en cada una de sus luchas y desafíos. Su presencia cercana fue signo de la ternura de Dios que protege, sostiene y renueva la esperanza de su pueblo.

Esa misma imagen que recorrió el barrio con su manto extendido, fue la misma imagen que extendió su manto en la Iglesia de Dios Padre mientras resonaron los versos del Himno Internacional de Schoenstatt, que se canta en todo el mundo y expresa la confianza filial en María:

“Protéjanos tu manto en tempestad y lid,
tres veces admirable, oh torre de David,
tu arca de nueva alianza invicta en el huracán,
del siglo gran vencedora, los tuyos no se hundirán.

Protéjanos tu manto, Reina del dulce amor,
tres veces admirable, sé escudo protector.
En nuestra misión creemos, también en el huracán,
del siglo gran vencedora, los tuyos no se hundirán.”

Esta letra, que acompaña el caminar de Schoenstatt en todos los continentes, encontró una expresión muy concreta en los jóvenes del Hogar de Cristo, quienes tuvieron el gesto de llevar la imagen de la Mater en el día de su fiesta. En sus vidas, marcadas por el esfuerzo y la superación, el canto se hace realidad: María los protege y los anima a seguir luchando.

Un gesto de esperanza y recuperación

El paso de la Virgen junto a ellos fue un signo de esperanza y nueva vida. Para los jóvenes del Hogar de Cristo —que transitan procesos de recuperación de adicciones—, la presencia de María simboliza cuidado, fortaleza y confianza. Bajo su mirada, descubren que no están solos, que alguien cree en ellos y los acompaña a levantarse cada día.


Acompañamiento durante todo el año

Una Hermana de María acompaña a estos jóvenes a lo largo del año, guiándolos en su camino de fe y ayudándolos a sellar su Alianza de Amor con María, integrando su presencia maternal en la vida diaria y en su proceso de crecimiento espiritual y humano.

Hna. M. Fabiana acompañando al Hogar de Cristo de Solano


Un hogar que crece en fe y fraternidad

Este encuentro nos recuerda que el Santuario es un hogar abierto a todos, donde se vive la fe, la esperanza y la fraternidad. María, nuestra Madre y Educadora, acompaña nuestras luchas, nos protege y nos impulsa a seguir construyendo juntos una comunidad nueva desde la Alianza de Amor.

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