Guía: Buenas tardes queridos hermanos
Hoy la Virgen peregrina del Adviento, Estrella de la esperanza quiere llegar al corazón de todos los misioneros y misionados de la Campaña de la Virgen Peregrina del Santo Rosario.
Este año, la Campaña -iniciada por Don Joao Pozobon- , cumplió 75 años.
Junto con él y con todos los misioneros e hijos de Schoenstatt decimos:
Lector 1: Schoenstatt, ¡qué bueno que existas! Sin ti nuestra vida no sería lo que es: Muchas personas encontraron en ti, un hogar.
Lector 2: Santuario, ¡qué bueno que existas! De ti parte una gran bendición para el mundo entero.
Lector 3: Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt, ¡qué bueno que existas! En la Alianza de Amor nos regalaste todo tu corazón, todo tu amor y quieres ser nuestra Madre y Educadora. Por eso sales cada día, a través de tus misioneros a visitar los hogares
Lector 4: Padre Kentenich, ¡qué bueno que existas! Porque supiste responder al deseo de Dios, el santuario de Schönstatt se transformó en un Santuario de la Virgen María. Sin ti nosotros hoy no estaríamos en este lugar de gracias.
Guía: ahora nos dirigimos cantando hasta la imagen que está en la Punta de Nuevo Schoenstatt. Lo hacemos cantando el lema del Adviento: “María Estrella de la esperanza, guíanos al Niño”

- Junto a la imagen-
Canto
Guía: En este lugar, donde se cruzan los caminos, donde tantos hijos se persignan pidiendo tu bendición, donde los enfermos elevan hacia Ti su mirada, queremos rezar nuestro quinto día de la novena.
+Lector 1: Nos preparamos para celebrar una gran fiesta: dentro de pocos días celebraremos Navidad, el nacimiento de Jesús. Y en torno a la Navidad suceden cosas similares a las que acontecen en las fiestas de cumpleaños: preparamos una mejor comida, compartimos con familiares y amigos, elegimos regalos, pero: ¿eso basta?
RELATO: Un cuento relata cómo una familia prepara el séptimo cumpleaños de su hijo, Andrés. Llegan muchos invitados sobre todo tíos y fías- y comienza la fiesta. Los adultos tienen mucha alegría. Pero la persona principal, el niño que tiene cumpleaños, queda olvidado. Sin que se note Andrés se aleja tristemente de la fiesta, por la cual había sentido tantas ansias y alegría. Su camino lo lleva hasta la Iglesia. Junto a Jesús, delante del Tabernáculo se queja de su dolor. Jesús lo comprende bien. “¿Andrés, ¿por que lloras?”, pregunta Cristo. “Se olvidaron de mí. Celebran mi cumpleaños y yo ni siquiera estoy presente”. “No llores, Andrés, A mí me pasa lo mismo. Cada año, en Navidad, la gente organiza una gran fiesta, Cocinan, limpian, hacen compras y adorman sus casas, pero a mí, que tengo cumpleaños, me olvidan”.
Guía: Tal vez esta sencilla historia puede ser un impulso para reflexionar: ¿Cómo sería si en este año preparásemos y celebrásemos la Navidad más conscientemente como el cumpleaños de Jesús, como el cumpleaños de Aquel que quiere ser lo más importante y valioso en nuestra vida?
Canto:
A cada intención respondemos cantando el lema: María Estrella de la esperanza, guíanos al Niño”
Lector 2: Recibe Jesús por manos de María todo lo que nos pesa y nos cuesta en la Misión que nos has confiado, sólo queremos pedirte que Tú seas nuestro mayor tesoro.

Cantamos
Lector 3: Recibe Jesús, por manos de María la soledad de tantas personas que visitamos con nuestra imagen peregrina y dá el descanso eterno a todos los misioneros que partieron en este año santo a la casa del Padre. Cantamos
Lector 4: Te confiamos las preocupaciones por el cónyuge, los hijos, los nietos,
Recibe nuestros miedos frente a todo lo que la enfermedad, la falta de trabajo, las preocupaciones económicas traen consigo. Cantamos
Lector 1: Te ofrecemos Madre todo el bien que recibimos de Dios en este Año santo de gracia y perdón, y todo lo bueno que Tú pudiste hacer a través nuestro… ellos serán nuestros dones que en la Nochebuena llevaremos al Niño. Cantamos
Guía: Junto a Jesús, en el pesebre, está María. Ella tiene un corazón amplio y abierto para recibir todo y ofrecérselo a su Hijo como sólo una Madre sabe hacerlo. Y entonces, en el pesebre sentiremos: “Dios, ¡qué bueno que existas! Qué bueno que te hayas hecho hombre por amor a mí y que por tener un corazón humano puedas comprender y sentir todo lo que te cuento. Qué bueno que acojas todo esto profundamente en Ti, lo lleves conmigo y me conduzcas en mi vida”.
En este lugar de tránsito, renovemos nuestra Alianza de Amor. Luego la imagen la custodiarán hasta mañana el personal de seguridad “Oh Señora mía”..