Oración
L1: Madre María,
estrella luminosa en nuestro camino,
hoy te contemplamos subiendo a la montaña de Judá,
llevando en tu seno al Salvador,
apurando los pasos porque la esperanza te mueve
y el amor te hace misionera.
En este día de la novena,
cuando escuchamos el Evangelio en la mañana, de tu visita a Isabel,
te vemos como la mujer que siempre se pone en camino,
la que lleva al Niño incluso antes de nacer,
la que abre puertas,
la que enciende corazones,
la que despierta la alegría profunda que viene de Dios.
María,
estrella de la esperanza, guíanos al Niño.
Guíanos cuando estamos cansados,
cuando no encontramos lugar en nuestro corazón
para que Jesús nazca de verdad.
Guíanos cuando pareciera que las puertas se cierran
y la vida pesa.
Como en Belén, tú sigues buscando un albergue para tu Hijo;
por eso te pedimos:
no te canses de tocar nuestra puerta.
Que como Isabel sepamos reconocer tu presencia,
alegrarnos con tu visita,
y abrir de par en par nuestra casa interior
para recibir al Dios-con-nosotros.
María, peregrina de la esperanza,
enséñanos a caminar contigo,
a confiar como vos,
a creer que aun en la noche,
una estrella siempre guía hacia el Niño.
Amén.
L2:.“Abrimos este día de la novena dejando que el canto nos ponga en camino con María, mujer peregrina que busca un lugar para su Hijo.”
Vamos cantando
BLOQUE 2 – CANTO Cantamos el lema – Abran las puertas

Bloque 3 – cuento corto
Cantan las hermanas: “El Posadero”
LI: AHORA ESCUCHEMOS CON ATENCIÓN EL SIGUIENTE CUENTO
L2: La estrella que acompaña*
En un parque tranquilo trabajaban varios jardineros. Cada día cuidaban la tierra con paciencia, sabiendo que muchas cosas crecen despacio y en silencio. Entre ellos había uno que amaba especialmente ese lugar. Decía que el parque hablaba bajito, y que había que aprender a escucharlo.
Al llegar el Adviento, uno de los jardineros ya no pudo estar allí como antes. El parque siguió siendo cuidado, con el mismo respeto de siempre. Alguien comenzó a pasar de vez en cuando, sin apuro: recorría los senderos, regaba lo necesario y dejaba que todo descansara. Así custodiaba el entorno del parque para que siga tranquilo y bello.
Una tarde, al caer el sol, esa persona levantó la mirada y vio una estrella encendida en el cielo. No brillaba con fuerza, pero permanecía. Y eso trajo calma al corazón.
Desde entonces, cada vez que entraba al parque, miraba esa estrella y repetía en su interior:
“María, estrella de la Esperanza, guíanos al Niño.”
En ese silencio, fue comprendiendo que María acompaña sin apurar los tiempos, como quien cuida una semilla escondida. Enseña a confiar cuando no hay respuestas, y a esperar cuando todo parece quieto.
Una mañana, en un rincón sencillo del parque, apareció una pequeña flor. Nadie supo cuándo había nacido. Simplemente estaba allí. La persona se detuvo un momento, agradeció en silencio y siguió caminando.
Y así, mientras el Adviento avanzaba, el parque se fue llenando de una calma nueva. Bajo la luz de la estrella, todos aprendieron que la esperanza no hace ruido, pero guía con fidelidad hacia el Niño que viene.
Canto:
L1: “En esta tarde noche, María sigue tocando la puerta buscando un lugar para que nazca su Hijo. Cada uno de nosotros es Belén.
Cada uno puede abrir — aunque sea un espacio pequeño— para que Jesús encuentre un albergue en nuestro corazón.”
L2: Los invitamos a hacer unos minutos de silencio para preguntarse interiormente:
¿Qué puerta tengo cerrada que necesito abrir a Dios?
¿Qué espacio puedo ofrecerle hoy al Niño que viene?
(Despues de 1 minuto de silencio).
“Abrir un espacio para María y el Niño”
L1: “María, hoy te abrimos nuestra casa interior. Tal vez pequeña, tal vez desordenada, quizá cansada… pero tu presencia enciende en nosotros una luz nueva.
Recibí nuestros pedidos (pausa), nuestros anhelos, (pausas) a todas las personas que tenemos en el corazón, (pausa) especialmente los que sufren (pausa) recibe todo como signo de nuestro deseo de que realmente encuentres un albergue aquí, y en tantos hogares que necesitan una luz de Esperanza y así puedas guiarnos al Niño que viene.
María, estrella de la esperanza: guíanos al Niño.”
En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo…