Ala izquierda del retabloEn el ala izquierda, que representa la Antigua Alianza, se vislumbra el paraíso original. Adán y Eva son tentados por la serpiente y el hombre cae en el pecado. La imagen de María Inmaculada resplandece en el centro superior de esta ala y se convierte en la promesa que alentará el camino de fe de toda la humanidad. Detrás de ella vemos el arca de Noé, símbolo de aquella primera Alianza que Dios sella con el hombre en el Antiguo Testamento. La figura de Abraham ocupa el centro del ala izquierda. Signado por una misión divina, deja su tierra, sus planes, sin otro seguro que su confianza ciega en el Dios de la Alianza. Esta confianza llega a su heroísmo cuando Dios le pide el sacrificio de su hijo y él se dispone a realizarlo. Más abajo, a la derecha, vemos a Moisés con el arca de la alianza que guardaba las tablas de la ley. Esta es la Antigua Alianza que constituye al pueblo de Israel como pueblo elegido, propiedad exclusiva de Dios. Yahvé será su único Dios. El arca es el gran símbolo de la presencia de Dios en medio de su pueblo, es también figura de la Santísima Virgen, morada de Dios, arca inmaculada de cuyo seno bendito nacerá el Emmanuel, el “Dios con nosotros”. El portón situado en la parte inferior señala la frontera entre la travesía del desierto y la posesión de la tierra prometida. A ambos lados del portón, encontramos las grandes mujeres y personalidades proféticas que se destacan en el Antiguo Testamento. Todos ellos preparan y preanuncian el mensaje que ofrecen el trono de gracia y el ala derecha del retablo. |